El protocolo de uso de los proyectiles de foam no repecta las indicaciones del fabricante del arma
El día que se cumple un año desde que una joven perdío el globo ocular por impacto de bala de foam durante las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasél, Irídia y la acusación particular hacen balance de la investigación.
Este viernes 18 de febrero a las 11h Irídia comparecerá en la Comisión de Estudio sobre el Modelo Policial del Parlament de Catalunya, donde presentará un exhaustivo informe sobre los mecanismos de control del cuerpo de Mossos d’Esquadra.
La investigación por las graves lesiones sufridas por la joven que está llevando a cabo el Juzgado de Instrucción 7 de Barcelona sigue su curso. El mando de la Brigada Mòbil y el agente responsable de la armería del cuerpo de Mossos d’Esquadra el día de los hechos declararan como testigos el próximo 8 de marzo. Así mismo, las acusaciones han solicitado la imputación del sargento responsable de la unidad que intervino en la zona donde tubieron lugar los hechos.
La instrucción, impulsada por la acusación particular representada por el abogado Xavier Muñoz Soriano y por Irídia, como acusación popular, y representada por las abogadas Anaïs Franquesa y Marta Tresserras, busca conocer la verdad sobre los hechos, hacer justicia y evitar que una situación así pueda volver a repetirse. En primer lugar, es necesario que se pueda determinar que agente concreto fue el que disparó el tiro que hirió a la joven. Ahora mismo están siendo investigados judicialmente dos agentes por haber realizado disparos de proyectiles de foam SIR-X instantes antes del impacto. Así mismo, es necesario saber quien ordenó el tiro a tan poca distancia, permitiendo que se disparase a la zona de la cabeza, en una calle que no supera los 30 metros de ancho. También es necesario aclarar porque se permitió disparar el proyectil SIR X, el más lesivo que tiene el cuerpo de Mossos d’Esquadra, en estas circunstancias.
El cuerpo de Mossos usa dos tipos distintos de proyectiles de foam, el SIR y el SIR-X, el segundo de los cuales es el más lesivo. La documentación a la que se ha tenido acceso permite concluir que, pese a conocer los riesgos de lesiones severas que puede causar el proyectil SIR-X, el Departament d’Interior y el cuerpo de Mossos d’Esquadra han decidido autorizar en los protocolos que se dispare este cartucho a distancias inferiores a las recomendadas por el propio fabricante. Según el Informe de test del proyectil SIR-X, redactado por la empresa fabricante B&T, con número de referencia TR-16973.02, a distancias menores de 30 metros este tipo de proyectiles pueden causar “lesiones severas tales como laceraciones, traumatismos craneoencefálicos, rotura de bazo, hígado o corazón, fuertes traumatismos en el tóraz y hemorragias internas”.
El Departament d’Interior hace constar en la regulación de uso de las lanzadoras de foam, el “Procedimiento Interno de Trabajo (PIT) número 22” que protocoliza su uso, que “la distancia para disparar este cartucho es de 20 a 50 metros”. Este procolo se publicó en elDiario.es a partir de una resolución de la Comisión de Garantía de Acceso a la Información Pública (GAIP). Es decir, el Departament d’Interior está autorizando a disparar un proyectil desde esta distancia sabiendo que esto puede provocar lesiones gravísimas y absolutamente irreversibles. A esta cuestión hace falta sumarle un elemento muy importante: el PIT 22 permite “hacer uso contra la extremidad superior de una persona que muestre un objeto lanzadizo, un objecto contundente, un arma blanca, etc.. cuando se tenga la certeza de que puede conseguirse el objetivo”.
Es muy grave que el Departament d’Interior autorizase a disparar contra la extremidad superior de una persona a una distancia que se sabe que puede causar lesiones severas tales como laceraciones, traumatismos craneoencefálicos, rotura de bazo, hígado o corazón, fuertes traumatismos en el tórax y hemorragias internas. Lesiones que, lamentablemente, se han producido en Catalunya en los últimos años.
Cabe destacar que hasta el momento 3 personas han perdido el globo ocular por impacto de una bala de foam, dos en los hechos sucedidos el 14 de octubre y el 18 de octubre de 2019, durante las protestas post-sentencia, y una en el presente caso. Así mismo, otra joven sufrió un grave traumatismo craneoencefálico por el impacto de un proyectil de foam en la cabeza el 18 de octubre de 2019 en la zona de Jardinets de Gràcia.
Desde Irídia queremos remarcar que es necesario incluir la perspectiva de derechos y el análisis de riesgos en todas las fases del uso de la fuerza. Este aspecto implica también la evaluación previa, externa e independiente del cuerpo de los impactos en la salud y el ejercicio de los derechos fundamentales de determinadas armas. Esta evaluación permitiría decidir de forma transparente si una herramienta es apta o no para que los cuerpos policiales la usen. A su vez, resulta conveniente este enfoque en la elaboración de los protocolos de uso y su valoración.
En esta línea, la existencia de un mecanismo externo e independiente de control que supervise todo el proceso supondría un avance imprescindible para que casos como este no volviesen a repetirse. En la misma línea, también haría falta incluir la transparencia como práctica normalizada en el Departament d’Interior. Tal como recomienda Naciones Unidas, “los Estados, los cuerpos y fuerzas de seguridad y las empresas fabricantes deberían ser transparentes sobre las especificaciones técnicas de las armas en uso, respetando al mismo tiempo los derechos de propiedad intelectual de las empresas fabricantes” (“Guía de las Naciones Unidas sobre las armas menos letales”, 2020).