Irídia identifica al agente que disparó en un caso grave de lesión por foam por primera vez Irídia identifica al agente que disparó en un caso grave de lesión por foam por primera vez

Irídia identifica al agente que disparó en un caso grave de lesión por foam por primera vez

Se trata del caso de Ignasi, un chico que perdió un testículo a consecuencia del golpe de la bala de foam. La Divisió d’Afers Interns (DAI) de Mossos d’Esquadra alegó que era imposible individualizar al autor de los hechos. Lo hemos contado en rueda de prensa.

El 21 de diciembre de 2018 Ignasi participaba en una concentración contra la celebración del Consejo de Ministros del Gobierno español en Barcelona, cuando diversos efectivos de la BRIMO de Mossos d’Esquadra comenzaron a disparar proyectiles de foam. La situación no era especialmente complicada en la zona donde se encontraba Ignasi y en ningún caso se estaba realizando ninguna conducta delictiva ni lanzamientos. Uno de estos proyectiles impactó a Ignasi directamente en el testículo derecho. Esto le comportó una intervención quirúrgica de urgencia y una grave lesión que acabó resultando en la pérdida del órgano.

En el momento de presentar la querella, Irídia, acusación particular en la causa, pedimos que se oficiase a la DAI (Divisió d’Afers Interns), para que hiciese un informe de los hechos y aportase las investigaciones internas realizadas con la identificación de los agentes, el autor del disparo y los responsables de la orden de disparar. Desde los Mossos d’Esquadra se aportaron a la causa imágenes gravadas por el propio cuerpo en el momento de la lesión, así como informes donde se identifica a 5 agentes escopeteros; pero no se identificó al autor del disparo. En cambio, desde Irídia sí que se hemos sido capaces de identificar al agente que disparó gracias a un informe pericial que analiza las imágenes de ese día. Como ya pasó en el caso de Roger Español, en que también fue la sociedad civil quien llevó a cabo esta investigación e identificó al responsable, se hace patente que los mecanismos de investigación interna de los cuerpospoliciales no son suficientemente efectivos. 

Por contra, tenemos el caso de la mujer que recibió un disparo de foam en la cabeza en 2019 y sufrió, como consecuencia, un traumatismo craneoencefálico grave, pérdida de oído y epilepsia permanente. Pese a la gravedad de los hechos, que además consistuyen una mala praxi y un posible delito, de acuerdo con la prohibición de disparar balas de foam a la cabeza, no consta ningún expediente sancionador de la DAI ni informe de la DAS en relación a estos hechos.

Por otro lado, como ya habíamos destacado anteriormente, es importante recalcar que de los cinco escopeteros que se identificó que efectuaron disparos en la zona en el momento de la lesión de Ignasi, uno no iba identificado con el NOP (Número de Operativo Policial), incumpliendo la Instrucción 6/2013 vigente. Además, consideramos esta actuación especialmente grave: causó una lesión severa y se efectuó sin que se diese ninguna de las circunstancias habilitantes para hacerlo. Según el protocolo, solo se puede disparar a un manifestante si este está poniendo en riesgo la vida o la integridad física de los agentes o terceras personas. Este no es el caso, tal como demuestran las imágenes aportadas y el hecho de que el joven en ningún momento haya sido detenido ni acusado de ningún delito.

Así mismo, tanto Irídia como Amnistía Internacional hemos insistido en rueda de prensa en que, tal como se expuso en la Comisión de Estudio sobre el Modelo Policial (CEMP) del Parlament de Catalunya, es necesario mejorar los mecanismos de control del cuerpo de Mossos d’Esquadra para que no se den situaciones como esta, en que no se puede identificar al autor ante una vulneración de derechos que causa lesiones graves. Lafalta de trazabilidad es un problema grave, que suele contribuir a perpetuar la impunidad, ya que los casos no pueden prosperar jurídicamente por falta de autor conocido.

Finalmente, como denuncia el colectivo Stop Balas de Goma, una vez más se constata que los proyectiles de foam son muy lesivos, y que los mecanismos de control y trazabilidad no funcionan en estos casos. Es muy difícil poder identificar al autor del disparo, impidiendo así la rendición de cuentas. Además, su uso vulnera el derecho fundamental de protesta. Tanto es así, que el Parlament acordó en diciembre (entre las conclusiones de la CEMP) la retirada del proyectil de foam tipo SIR-X, el más lesivo de los dos que se usan. Desde las entidades de la sociedad civil seguimos a la espera de que se informe de cuando y como entrará en vigor esta medida.