CAMPAÑA | No más muertes en prisión. Respeto a los derechos de las personas presas CAMPAÑA | No más muertes en prisión. Respeto a los derechos de las personas presas

CAMPAÑA | No más muertes en prisión. Respeto a los derechos de las personas presas

Objetivos

Junto al SIRECOVI (Servicio de Registro y Comunicación para la protección de víctimas de la Violencia Institucional) y la Coordinadora Catalana para la Prevención y Denuncia de la Tortura, damos apoyo a las reivindicaciones de las Familias contra la Crueldad Carcelaria, que pretenden romper el silencio en torno al aislamiento penitenciario. Este régimen de vida, en el cual las personas viven encerradas en una celda entre 18 y 21 horas al día, favorece la existencia de vulneraciones graves a los derechos humano.

Quiénes somos? 

Somos familiares de personas que están presas y también de personas que murieron en prisión. También somos entidades, colectivos y personas que trabajamos por los derechos de las personas presas y que exigimos que se respeten sus derechos y su dignidad. Hemos decidido juntar nuestras voces para romper el silencio y la opacidad que rodea la situación existente en las prisiones.

Las muertes en prisión son un problema insostenible y exigimos a las autoridades que dejen de mirar hacia otro lado. Raquel, Eduardo, Claudia, Lewis, Gina, y muchos más acerca de los cuáles no conocemos su historia. Muertes de personas bajo custodia del Estado que se aceptan y normalizan por quienes dirigen las cárceles.

En el año 2017 murieron 41 personas en las cárceles de Cataluña y, de ellas, según las estadísticas de la Generalitat, 8 murieron por suicidio, en 9 casos se señala una causa “desconocida”, 5 por sobredosis y 19 por enfermedades.

Los “suicidios” en prisión en muchas ocasiones se producen cuando las personas se encuentran aisladas. El aislamiento en prisión impone un régimen de vida a las personas que consiste en el encierro en soledad durante la mayor parte del día, entre 18 y 22 horas. Hay personas que están días, meses e incluso años, a pesar de que las normas internacionales para el tratamiento de las personas reclusas, conocidas como las “Reglas Nelson Mandela”, establecen que el tiempo máximo de reclusión en aislamiento tiene que ser de quince días. El aislamiento penitenciario genera un daño físico y psicológico enorme e irreparable.

Hacemos un llamamiento a emprender una lucha colectiva. A generar una red dentro y fuera de las cárceles, acompañando iniciativas como la huelga de hambre que numerosos presos y presas iniciaron el pasado 1 de octubre. Queremos romper el silencio en torno a la prisión y poder emprender una lucha que nos lleve a defender los derechos de las personas presas y sus familiares así como a poder cuestionar un sistema penitenciario obsoleto, que lesiona fuertemente a las personas que pasan por dicho sistema y que genera un gran daño social.

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